La familia Puyana

Busto David Puyana Figueroa, Tomada de Revista Gente de Cabecera jul. 15 de 2011 https://www.gentedecabecera.com/2011/07/siguen-pintados-los-bustos/

El linaje Puyana es uno de los más arraigados en el imaginario de la ciudad de Bucaramanga, han tenido grandes figuras que sin duda posibilitaron la consolidación de la ciudad como tal, han incursionado en diversas áreas productivas y comerciales de acuerdo a la época y al «boom» que se vivía. Agricultura, comercio y tal vez uno de los más fuertes, urbanizadores. Si se quisiera remontar al pasado y al origen de la presencia Puyana en la ciudad, se podría decir que es incluso un poco curioso y llamativo, ya que el primer patriarca arribó a tierras santandereanas en 1702 Francisco Ambrosio Hernández Puyana, y ocupó importantes cargos como escribano y notario público, el día previo a su fallecimiento el 7 de noviembre de 1736 deja como evidencia en su testamento que su verdadero apellido no es Puyana sino O’Farrill, lo deja consignado de la siguiente manera:

«Soy natural de Sigüenza, Reinos de España, y me crió en la villa y corte de Madrid un hermano mío, religioso Jerónimo, nombrado fray Luis de San Pablo, y mi legítimo nombre y apellido es don Francisco Ambrosio O’Farrill; y el haberme intitulado Puyana fue por haber pasado con un caballero de este apellido, siendo de corta edad, a estas partes de la América»

Es así como uno de los linajes más arraigados de la ciudad, «Puyana» es realmente «O’farril» u «O’farel» apellido de procedencia irlandesa. Don Ambrosio y su esposa Maria de las Heras Pontejo y Celis dejaron un linaje de tres hijos: Juan José, Maria Margarita y Gregorio. Quienes abrieron una nueva generación, Gregorio tiene a su vez como hijo a José Puyana quien se casa en segundas nupcias con Ramona Figueroa y tienen como hijo único a David Puyana Figueroa.

Quina. Cinchona lanceifolia. Lámina de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, 1783-1816.

David Puyana se hace como propietario por herencia de la hacienda la Cabecera del llano, la cual pertenecía a su familia, le va anexando más y más terrenos hasta abarcar un predio bastante extenso. En la actualidad el sector es conocido bajo el mismo nombre de la hacienda, Cabecera del llano y en el periodo de finales del siglo XIX era conocido como el llano de don David Puyana. De manera acelerada estos campos se fueron poblando con matas de café y se dio el gran boom de la comercialización de este producto en la ciudad, pero don David no se limitó solo a participar en este campo, incursionó en otros sectores económicos, inicialmente tomó la comercialización y producción de aguardiente heredado de su padre, exportación de quina, cacao y tabaco.

Un peso, Banco de Santander con sede principal en Bucaramanga, 1873. Tomado de: https://museointernacionaldelamoneda.jimdofree.com/billetes-colombianos/banco-de-santander-1-peso-de-1900/

También fue notoria su influencia como figura dentro de la sociedad de la época, participó en la fundación del banco de Santander (17 de diciembre de 1872), el señor Puyana aparece como uno de los firmantes en su establecimiento mediante la escritura N. 550 del circuito de Bucaramanga, con un capital de 288.000 pesos y el 18 de agosto de 1873 el banco inició sus operaciones al público. En ese periodo histórico es donde se introduce el papel moneda en la ciudad, hecho revolucionario para una sociedad basada en el trueque. Existían haciendas como las de doña Trinidad Parra de Orozco, también la Hacienda Montebello propiedad de Lenguerke, donde se hacían transacciones con moneda propia, allí mismo se acuñaban y se pagaban a sus peones con ellas, posteriormente eran recibidas como moneda de cambio en el comercio, recordando que ellos mismos eran los propietarios de los almacenes. En los talleres de Penagos se usaban las capsulas resultantes de los combates durante la guerra de los mil días para hacer las monedas, que a día de hoy se consideran como patrimonio histórico de la nación.

Moneda de cincuenta acuñada en los talleres de Penagos, 1907. Foto de Quintilio Gavassa.

Don David Puyana tuvo 12 hijos e hijas, entre ellos destacan Alejandro Puyana quien contrae nupcias con una familiar suya, Isabel Puyana Reyes y tienen a su vez a una de las figuras más relevantes de la historia de la ciudad si se quiere hablar de urbanismo y modernidad, gracias a este personaje la ciudad tuvo su auge en el siglo XX. Don Armando hijo de otro gran urbanizador, hereda de su padre además de tierras una visión que lo lleva a ser el responsable de entre otros: el barrio cañaveral, Cabecera del Llano,  el Club Campestre y el condominio de Ruitoque Club. Además se interesó por la educación, respaldó el emergente Instituto Caldas, del cual fue el primer presidente de la junta directiva en 1956. Posteriormente, llevaría a la creación de la Universidad Autónoma de Bucaramanga – UNAB, la cual en su honor nombra el Edificio Armando Puyana Puyana sede Administrativa y Auditorio, actualmente esta edificación es reconocida como bien cultural por la ciudad.

Edificio Armando Puyana Puyana – Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB. Tomada de: https://oldsite.redmutis.org.co/index.php/2-uncategorised/992-unab-rinde-homenaje-a-sus-fundadores

Es innegable la presencia e importancia del apellido Puyana en la historia de Bucaramanga, incursionaron en muchos sectores productivos y llevaron de la mano a otras figuras relevantes a la ciudad a lograr esta clasificación, es un pequeño recuento desde algunas figuras representativas. Sin embargo, debo aclarar que fue una mirada muy rápida, existen muchos más Puyanas que sin duda alguna representaron hitos importantes, por esto dejo abierta la discusión para poder ahondar mucho más en el interesante trasegar de este apellido por la historia de la bonita.

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